Quiero lamer los poemas
sudados entre tus dedos.
Que conozca a qué saben las letras
naufragadas en mareas desiguales.
Si a salitre borrascoso
o a paisajes en clave de sol verde,
augurio de la escarcha acelerada
por la sangre opaca de los días.
Bésame
y dame el calco de tu miedo
en las palabras,
que en la saliva descubra
el misterio agramatical
de tu lengua intrusa.
sudados entre tus dedos.
Que conozca a qué saben las letras
naufragadas en mareas desiguales.
Si a salitre borrascoso
o a paisajes en clave de sol verde,
augurio de la escarcha acelerada
por la sangre opaca de los días.
Bésame
y dame el calco de tu miedo
en las palabras,
que en la saliva descubra
el misterio agramatical
de tu lengua intrusa.
11 comentarios:
A veces uno necesita que escriban para degustar ciertas letras.
Poemas en lo que se palpan los paisajes.
Y los besos (¡Ay ese misterio gramatical de la lengua intrusa!)
Muy bello, Rocío.
Besos.
Sigues cultivando la excelencia.
Saludos.
"Bésame
y dame el calco de tu miedo
en las palabras..."
Un placer encontrarme contigo, querida sirena, ya veo que sigues navegando con la misma firmeza y claridad por estas oscuras aguas del verso.
Gracias por tus chapoteos en mi "charca".
Besos
Mari Cruz
La besaría salvaje y desgastando,
la mordería suave, labio a labio,
lamería incensante su jadeo,
perdería mi lengua y buscaría su cielo...
Y allí donde bebiendo su saliva,
en comunión de sangre se libase,
estrecharía mi pecho hacia sus senos,
sujetaría su cuello en su debate,
escribiría con mis dedos su agonía
y su placer, calcaría mi desempate.
Mi señora, en su balcón se escriben sus deseos, que esta vez fueron los míos, puro placer, Z+-----
La verdad es que pensé que al reponerme de leer estos versos, me pondría a escribir como un poseso; no creí que fuera posible escaquearse de una orden tan definitiva, y aquí me ve, escribiendo apenas un comentario. ¡No, si me siento suficientemente mal, no crea!, le debo pues una enciclopedia
Ybris, gracias por sentir y disfrutar mis versos, pero éstos no son míos realmente, sino dedicados a esas letras sin las que yo no podría vivir. La poesía es mi alimento. Os lo debo a todos.
Un beso.
Víctor, ¡ay!, la excelencia la cultivais todos los que conseguís que yo me inspire al leeros. Besos.
¡Qué alegría, Mari Cruz, verte por mis mares! Gracias a ti, mi diosa. Un beso grandísimo.
Señor de la Vega, le agradezco esos versos tan bonitos. Un placer leerle.
Ya se ha puesto a escribir usted, Luzbel, y yo, muy agradecida. No se preocupe, no hay mejor enciclopedia que la de los sentimientos y sensaciones. Me acaba de regalar un tomo.
¡Gracias!
Decía Benedetti que todo mandato es minucioso y cruel, pero el título de tu poesía es el único mandato que toca obedecer...
Ay, Rocío, qué precioso poema. Es el primero que leo y me ha encantado.
Celebro que hayas llegado hasta mi rincón y me hayas dado la oportunidad de conocer tus letras.
Un abrazo grande!
Mario, es lo bueno que tiene esta orden, que viene desde dentro de nosotros mismos. Besos.
Un honor verte aquí, Raquel. Gracias por tu visita. Ya me verás por allí saboreándote.
Un beso.
Vuelvo una y otra vez a la lúcida sensualidad de sus versos, y me digo: ya queda menos para el siguiente.
Ya no queda nada, Lenguaraz. Gracias por seguirme.
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