jueves, 22 de noviembre de 2007

MAREA DE PALABRAS



El cielo estaba plomizo y las gaviotas huían sobrevolando el asfalto. Al fin y al cabo, el mismo gris, sin posibilidad de huída. Tampoco yo podía escapar de ti. En un sopor que mezclaba conciencia y fantasía, te inventaba. Mirabas la arena húmeda, encharcada quizás, y buscabas algo lejano a través de la espuma que vomitaban las olas, irremediablemente locas. Las saltabas con el pensamiento y en esos brincos los ojos casi atisbaban la otra orilla. ¿Me imaginará? ¿Sabrá que lo deseo entre estas sábanas ya otoñales? El mar las iba mojando de irrealidades, quedándome finalmente sumida en un profundo sueño. Asomada en una terraza, vi cómo un torrente de letras giraba la plazoleta que tenía bajo mis pies. Enormes, con tinta muy negra sobre un océano blanco, las líneas doblaban la rotonda y su vaivén llegaba hasta mí. No supe más. De golpe, me senté en un caudal de sudor y sonrisas, con el corazón tronando en la boca, con tu temporal abrazado al mío.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Antes, cuando las personas que se querían escribían cartas de su puño y letra, había un ritual y una magia que no alcanza el correo electrónico de hoy: la impaciencia de la espera, el aroma al abrir el sobre, el reconocimiento del pulso y la pasión de la escritura. Pero sea en la forma que sea, la llegada de la voz tintada, cuando hay una distancia que construye un infinito, sigue sintiéndose como un cielo de sílabas, como –tú lo has expresado maravillosamente- un mágico abrazo de las letras. Has sabido plasmar a la perfección esas sensaciones con exacto equilibrio entre lo poético y los sentimientos comunes que, supongo, alguna vez nos han acompañado a todos. La elección de la fotografía es también todo un acierto. Enhorabuena.

Rocío dijo...

Anónimo, ¡qué razón tienes! Uno/a ponía en la tinta toda el alma; la letra bonita, cuidada, y, luego, si acaso, besaba la carta para que ese gesto impregnara las letras y llegara al destinatario. Eso hoy se ha perdido, pero aún persiste la emoción de saber que lectores/as como tú van a emocionarse con esas palabras aunque no haya un papel por medio.
Te mando un beso y todo mi agradecimento, sin sobre, pero de corazón.

Anónimo dijo...

¡Guau!, es casi 4 R, pero precioso, vívido, acabado.
Besos

Rocío dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Rocío dijo...

Anónimo, me pillas un poco perdida, ¿qué es 4 R?
Gracias por los halagos, quienquiera que seas.

Anónimo dijo...

4R: gravemente peligrosa para la moral.Mayores de 18 años, con reparos.
(Clasificación de las películas durante el tardofranquismo)

J.T. dijo...

Hasta aquí me ha traído la marea.
Volveré... como ella.

Pero antes de marcharme te digo que ha estado bien leer a sólo un "click" de distancia tus pleamares y bajamares, pasearlas con los pantalones remangados y reconocer huellas de otros viajeros comprobando que estás muy bien acompañada.

Sigue así entonces ;)

Rocío dijo...

Anónimo, gracias por tu aclaración, jeje. No caí en lo de los cuatro rombos. Aunque, digo yo, ¿es para tanto?
Besos y gracias por responder.


j.t., mmmmm, he pinchado tu nombre para investigar tu blog y descubrir quién eres, pero nada.
Gracias por tu visita misteriosa.

Anónimo dijo...

Yo siempre la he amado, señora mía.

Rocío dijo...

Anónimo, me acaba de iluminar usted la sonrisa.
Gracias.

Pigmalión dijo...

Puede que hoy ya no se ponga el alma en la tinta.
Puede que ya no se besen las cartas.
Pero hay quien guarda aquellos trocitos de alma y aquellas cartas impregnadas de besos para seguir emocionandose.