martes, 18 de septiembre de 2007

PERDIDA

Un paso, otro, cortos, perdidos, largos, reencontrándose con el pavimento. La realidad mancha de asfalto los pies que no terminan de pisar fondo. Flotan y se adhieren al caer contra los adoquines. Dormidos, luchan en su avance hacia la inercia. Caminan, se paran. Arañan los zapatos y siguen, grises, su andar retenido. Vagabundean su marcha plomiza. El ritmo entrecortado aletarga los tobillos con un sopor pringoso, mortecino y hasta el paladar sabe a tierra. Resbalan, se pegan a la superficie. Lentos, cansados, decididos, temerosos.
Se alzan las huellas y reconocen mi figura alejándose de mí misma tras las sombras de la acera.

2 comentarios:

Ana dijo...

Suenas muy triste pero muy dulce a la vez, esto fue lo que capté al irte leyendo... Salu2.

Rocío dijo...

Gracias por leerme, Ana.
La tristeza inspira, pero intentaremos que haya también alegrías.
Me pasaré a hacerte una vista.
Besos