
El corazón es torpe, analfabeto,
no entiende de instrucciones ni lenguajes
distintos a los mil libertinajes
de lenguas con licencias a un dueto.
Se vuelve tan pesado, tan inquieto
que no ve más allá de sus vendajes;
inútil infundirle aprendizajes,
la vida se te va en el mismo reto.
Por eso no me afano en dar lecciones
de-mentes que jamás comprendería.
Atiende sólo a las erudiciones
que encuentra en la palabra alevosía
si lejos de correctas acepciones
se junta tu mirada con la mía.
no entiende de instrucciones ni lenguajes
distintos a los mil libertinajes
de lenguas con licencias a un dueto.
Se vuelve tan pesado, tan inquieto
que no ve más allá de sus vendajes;
inútil infundirle aprendizajes,
la vida se te va en el mismo reto.
Por eso no me afano en dar lecciones
de-mentes que jamás comprendería.
Atiende sólo a las erudiciones
que encuentra en la palabra alevosía
si lejos de correctas acepciones
se junta tu mirada con la mía.
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