
Qué soledad la de la Noche
cuando apaga sus candiles
y los pestillos cierran horas inacabadas.
Es ahí en la tibieza de las mantas
donde juego a las princesas
o me invento los olimpos
y te laureo dios escalando hasta tu boca.
Correteo los segundos
hacia atrás con ocho patas,
besando cien veces mil
tu fantasía desnuda
para que cuando vuelvan las agujas
a su uso acostumbrado,
no tema a la calabaza
ni a la rana hecha príncipe
en tu musculatura de hombre.
cuando apaga sus candiles
y los pestillos cierran horas inacabadas.
Es ahí en la tibieza de las mantas
donde juego a las princesas
o me invento los olimpos
y te laureo dios escalando hasta tu boca.
Correteo los segundos
hacia atrás con ocho patas,
besando cien veces mil
tu fantasía desnuda
para que cuando vuelvan las agujas
a su uso acostumbrado,
no tema a la calabaza
ni a la rana hecha príncipe
en tu musculatura de hombre.
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