
Me guardas en los ojos
con esa forma tuya de mirar
que atrapa todo.
Y me haces vacío incoloro,
imagen robada
que, en el secuestro consentido,
te araña las pupilas,
- las destroza aferrándose a gritos-
porque no es capaz de huir
del pequeño mundo circular
donde es sombra sin carne,
pero es,
allí,
bajo tus párpados.
7 comentarios:
"Porque no es capaz de huir del pequeño mundo circular".
Vaya miradas nos echas. Tú sí que eres poeta, anda!
Basta el reflejo de esos ojos en los nuestros para Ser y Estar, es cierto, aunque desconocía ese arañar allá en el brillo. Me gustó mucho. Tu fuerza, intacta.
((por cierto, me adjudicaste los versos del señor Sabines y no, nunca escribiré algo similar, creo que es imposible tanta belleza comprimida))
en el fondo una persona puede resultar un pequeñísimo dolor que llevamos en la mirada y no acabamos de ver; o eso me has dicho, sin quererlo; sí, por unos instantes dejas que nos perdamos en la trayectoria de palabras que nos llevan lejos. te deseo muchas nuevas creaciones
Me faltan datos (que no son óbice), amiga Sirena, pero me atrevo a defender que propones un poema exclusivamente emocional, basado en imágenes de profundo calado.
Encarnizado, desgarradoramente abnegado, de exuberante intensidad con que celebrar la resignada levedad de su existencia.
Tan paradójico, extracorpóreo y denso, como nos tienes acostumbrados, pero coherente y castigador hasta el final.
Un abrazo
Caperu, te quejarás tú de miradas...
Un beso, guapísimo.
Ana, me di cuenta después de haberte escrito, pero sigo diciendo lo que mantenía. Y si "Ya quizás" no era tuyo, ya habría querido yo escribir "De todo se aprende". Es más, ése me llegó más dentro.
Besos.
Neu, qué alegría verte por aquí. Gracias por tu deseo y por poner tu mirada en la mía. Un beso.
Segis, interesante tu comentario. No sabía yo que se veían tantas cosas en el poema.
¡Gracias! Otro abrazo para ti.
dejarse secuestrar por una mirada siempre tiene algo de fiera pasión, ¿verdad?
Hay miradas y miradas, Sergisonic, y quien tenga la maldita costumbre de fijarse en ellas no puede evitar a veces, como bien dices, caer presa en sus ferocidades.
Todo un honor que la tuya se pose en mis palabras.
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