lunes, 3 de mayo de 2010

CEREZO EN FLOR


Allí desde tu altura te sonrojas
ya lleve minifalda o pantalones
y mueves con lujuria y perversiones
los velos de la danza de tus hojas.

Truhán de ninfas, duendes barbarrojas
escapan en un vals de seducciones;
esparcen por mi piel sus corazones
de sangre inerte, vivas paradojas.

Me abro tierra y seno a tu hermosura,
mujer diosa y mortal, surco en la arena,
bacante de la aurora, rosa oscura.

Hagamos del deseo una verbena,
infúndeme tu aroma en la cintura
y sea en ti mi cuerpo luna llena.

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