INVENCIBLE

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Invencible hoy, ganando al viento sin un resto de jaqueca. Invencible después de pasar horas entre zapatos, ropas destemporadas, cajas inservibles, lavadoras, y tantas tareas odiosas. Invencible porque mientras oía la canción de Muse que os dejo debajo- subtitulada, traducida y por tanto traicionada, pero no soy capaz de entender el inglés- se me colaba desde los pies e iba recorriendo el cuerpo hasta que se desbordaba en una alegría inexplicable. Invencible porque siento y estoy viva.
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Canto a mí mismo (Hojas de hierba, de W. Whitman)
(…)
Descansa conmigo en la hierba…suelta el freno de tu garganta,
ni palabras, ni música ni poesía quiero…ni historia ni discurso, ni siquiera los mejores,
sólo me gusta el murmullo, el susurro de tu voz templada.

(…)
Prolongo tu vida con formidable hálito…te mantengo a flote;
lleno todos los cuartos de la casa con una fuerza armada…
de amantes míos, espantatumbas:
¡duerme! Ellos y yo haremos guardia toda la noche;
ni la duda ni la muerte se atreverán a ponerte un dedo encima,
te he abrazado y desde ahora eres mío,
y cuando te levantes por la mañana hallarás
que lo que te digo es así.
(…)

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